Ese Dios nuestro, el gran Géometra,
Hace algo por nosotros aquí, donde ha puesto,
(Si así quieren plantearlo) las cosas en forma,
Comprimiendo los corderitos en ordenados cubos,
Convirtiendo el asado en un cilindro decente,
Ensamblando la elipsoide de un jamón,
Volviendo anónima la carne enlatada
En cuadros y rectángulos de bordes cincelados
O redondos (aerodinámicos, tal vez, para mayor velocidad).
Loado sea Él que confirió distancia estética
A nuestros apetitos, y que al sangriento
Revoltijo de nuestra primogénita obra, nuestra fea necesidad
Impuso una forma significativa. A través Suyo las bestias
Entran al puro reino euclidiano del número,
Libres de sus vidas abultadas, henchidas de sangre.
Vienen a nosotros santificadas, en transparencias
De celofán, en el cuerpo místico.
Para que podamos ver, imperturbables la muerte
Como el más grande bien, cual debe el filósofo.
Howard Nemerov
Poeta estadounidense
1920-1991
¿Exageración o realidad?
*Este es un fragmento tomado de "Sabor a comida, sabor a libertad; Mintz, 2003"